COMER MUGRE: saludable??
Las personas en diferentes partes del mundo mueren y
se enferman de distintas maneras. Las enfermedades infecciosas como la
neumonía, la malaria y el cólera causan la mayoría de las muertes en países en
vías de desarrollo. En el mundo desarrollado, no obstante, lo más frecuente es
que las personas sufran de una serie de condiciones que los epidemiólogos
llaman enfermedades de la solvencia, como los problemas cardíacos y la
diabetes.
Los científicos han dejado de considerar todas las
bacterias, virus y hongos como invasores desagradables contra quienes librar
una batalla encarnizada por el territorio en nuestros cuerpos. Antes bien, han
empezado a considerar estos microbios como simbiotas, o cohabitantes de nuestro
sistema. Si se considera que en nuestro cuerpo hay entre 10 a 20 veces más
bacterias que célula humanas, somos, en cierto sentido, minorías dentro de
nosotros mismos. Debido a este hecho, muchos profesionales de la medicina
empiezan a creer que para nosotros es más saludable promover su presencia, en
lugar de asfixiarla.
Este cambio de pensamiento se inició en 1989, cuando
un epidemiólogo inglés de nombre David Strachan publicó un estudio muy completo
en el British Medical Journal sobre la fiebre del heno y el eccema en los
niños. Empezó con una muestra de más de 17.000 niños británicos que habían
nacido en una semana en 1958. Entrevistó varias veces a los niños o a sus
padres, incluso hasta 23 años después, en 1981, u analizó la información
resultante a la luz de diferentes factores era lo bastante significativo para
indicar la existencia de una relación de causalidad: el tamaño de la familia. A
mayor número de hermanos, menores las probabilidades de desarrollar fiebre de
heno o eccema.
Strachan concluyó que la exposición a infecciones
les sirve a los niños para evitar las alergias. ¨A lo largo del siglo pasado,
la disminución del tamaño de la familia, las mejoras en la infraestructura de
los hogares y unos estándares más elevados de higiene personal han reducido las
posibilidades de que haya infecciones cruzadas en familias jóvenes¨, escribió.
En otras palabras, el aumento en la solvencia,
además de sus implicaciones demográficas y en cuanto a las prácticas culturales
y de higiene resultantes, sirve para explicar el aumento en enfermedades
inflamatorias y alérgicas en los países desarrollados en los últimos 30 años.
Muchos de nosotros no estamos expuestos a una cantidad suficiente de los
gérmenes que causan estas enfermedades, así que el cuerpo se vuelve
hipersensible no solo a estos sino a los microbios en general.
Dicho de manera muy simple, el cuerpo humano tiene
dos maneras de compartir microbios potencialmente dañinos: La respuesta
inmunológica mediada por Th1 y la mediada por Th2. Ambos caminos inmunológicos
bloquean los efectos dañinos de ciertos patógenos porque emiten proteínas que
combaten los microbios y que se llaman anticuerpos, los cuales causan
inflamación y síntomas de alergia como el moqueo, los estornudos y los brotes.
No obstante, la respuesta Th1 no es lo suficiente estimulada, la respuesta Th2
se vuelve loca. Cuando se enfrenta a un alérgeno (digamos el polen de un
árbol), una Th2 excesivamente vigilante actúa como si fuera un pelotón de
soldados nerviosos, los cuales dispararán todos a la vez en reacción a una
falsa alarma. Por lo tanto, ciertas enfermedades alérgicas por microbios que de
otro modo serían inocuos pero que activan la respuesta inmune del cuerpo como si
fueran patógenos.
Si le parece contrario al sentido común decir que
debemos exponernos a las mismas bacterias, virus y otros organismos infecciosos
que nos pueden volver sintomáticos, recuerde que nuestro sistema inmune
evolucionó en un ambiente muy diferente al de hoy. Muchos miles de años atrás
nuestros antepasados tenían en sí un hervidero tal como criaturas infecciosas
que se requería un ataque decidido y frontal por parte del sistema inmune para
mantenerlos con vida. No obstante el estilo de vida moderno, nuestro sistema
inmune todavía está calibrado para enfrentarse con un alto nivel de exposición
a estos permitido separarnos de las condiciones bajo las cuales evolucionamos
también han alterado nuestra relación entre los microbios y nuestro sistema
inmune.
Uno de los primeros estudios que mostró una base
concreta para la hipótesis de la higiene confirmaba el vínculo entre los
microorganismos y la regulación de la respuesta inmune. Investigadores en la
Universidad de San Diego, encontraron que una cepa inocua del estafilococo le
quita fuerza a la respuesta inflamatoria hacia las lesiones menores. En una
serie de llamadas y respuestas químicas, la bacteria convence a las tropas del
organismo para que se relajen y depongan las armas, y por lo tanto eviten la
inflamación innecesaria. Por cierto, es estafilococo se encuentra a menudo en
la mugre, una sustancia de la cual nuestros ancestros seguramente ingirieron
grandes cantidades.
Aun así, nadie está realmente promoviendo que se
regrese a los estándares prehistóricos de higiene- Al fin y al cabo, los
productos sanitarios antimicrobianos de higiene. Al fin y al cabo, los
productos sanitarios antimicrobianos, los adelantos en la higiene de los
alimentos y los estándares de limpieza que han evolucionado, todos han
contribuido a que tengamos una expectativa de vida cada vez más larga. No
obstante, la hipótesis de la higiene sugiere que la esterilidad completa no
necesariamente siempre es saludable y que el camino a una mejor salud existe en
algún punto entre el desaseo de nuestro ambiente ancestral y la hiper-limpieza
del mundo desarrollado.
De todos modos sigue siendo cierto que las bacterias
en nuestro cuerpo existen en una relación simbiótica en la cual su presencia
les ayuda a nuestros sistemas a mantenerse saludables y equilibrados. A su vez,
nosotros les proporcionamos un entorno en el cual puedan florecer: los gérmenes
¨buenos¨ pueden mejorar el metabolismo, incrementar la inmunidad y reducir la
inflamación en el cuerpo.
¿Cómo podemos darles a nuestros hijos sistemas
inmunes fuertes sin que los vecinos llamen al departamento de protección de la
infancia?. Mientras que unos científicos creen que una relación estrecha con
los animales (como los que se encuentran en una granja) es la clave para criar
hijos saludables, otros opinan que las investigaciones aún no son concluyentes.
De todos modos, existen múltiples estudios que indican que existen una relación
entre la infección por el gusano ganchudo o anquilostoma y una resistencia
fuerte a las alergias, y existe una empresa de los Estados Unidos que opera en
México y ofrece ¨inoculaciones¨(infecciones intencionales) a 3.900 dólares la
inyección. A pesar de las evidencias prometedoras, es importante recordar que
incluso si los gusanos ganchudos o anquilostomas obstruyen las alergias,
también son una de las causas principales de desnutrición en el mundo
desarrollado.
Como suele ocurrir, la verdad en la hipótesis de la
higiene probablemente se ubica en algún lugar intermedio, según lo resumió el
pediatra alergólogo Marc McMorris, del sistema de salud de la Universidad de
Michigan, quien les aconseja a los padres que ¨dejen a los niños ser niños. Si
en el aire hay algo como el virus H1N1, es buena idea lavarse las manos y tomar
las precauciones apropiadas; pero no es necesario aislar a los niños del mundo¨.
Esto significa que se debe seguir inmunizándolos, pero también permitirles
salir, ensuciarse y entrar en contacto con la madre naturaleza.
Así que siga el consejo de los doctores: no se sirva
un plato de tierra para el desayuno, pero sí puede considerar dejar de poner
tanto énfasis en la higiene. Antes bien, encuentre un punto medio sano entre la
esterilización y la mugre. En lugar de cepillar sus alimentos hasta hacerlos
desfallecer, deles un enjuague rápido. No desarrolle una fijación sobre lo que
el gato arrastra hasta la casa o lo que contienen las motas de polvo que están
debajo de la cama. Sea prudente, sin ser obsesivo. Moderación en todos los
gérmenes.
Habiendo dicho lo anterior, el sistema de cada
persona reacciona de modo diferente a los microorganismos. La persona que haya
estado expuesta a los gérmenes en su cuerpo reaccionará de manera diferente a
los microorganismos que una persona que ha estado expuesta a ellos escasamente.
Para mayor información sobre la hipótesis de la
higiene, vea la página www.hygienehypothesis.com.