jueves, 30 de agosto de 2012

Buena Salud: Comer Mugre


COMER MUGRE: saludable??




Las personas en diferentes partes del mundo mueren y se enferman de distintas maneras. Las enfermedades infecciosas como la neumonía, la malaria y el cólera causan la mayoría de las muertes en países en vías de desarrollo. En el mundo desarrollado, no obstante, lo más frecuente es que las personas sufran de una serie de condiciones que los epidemiólogos llaman enfermedades de la solvencia, como los problemas cardíacos y la diabetes.

Los científicos han dejado de considerar todas las bacterias, virus y hongos como invasores desagradables contra quienes librar una batalla encarnizada por el territorio en nuestros cuerpos. Antes bien, han empezado a considerar estos microbios como simbiotas, o cohabitantes de nuestro sistema. Si se considera que en nuestro cuerpo hay entre 10 a 20 veces más bacterias que célula humanas, somos, en cierto sentido, minorías dentro de nosotros mismos. Debido a este hecho, muchos profesionales de la medicina empiezan a creer que para nosotros es más saludable promover su presencia, en lugar de asfixiarla.

Este cambio de pensamiento se inició en 1989, cuando un epidemiólogo inglés de nombre David Strachan publicó un estudio muy completo en el British Medical Journal sobre la fiebre del heno y el eccema en los niños. Empezó con una muestra de más de 17.000 niños británicos que habían nacido en una semana en 1958. Entrevistó varias veces a los niños o a sus padres, incluso hasta 23 años después, en 1981, u analizó la información resultante a la luz de diferentes factores era lo bastante significativo para indicar la existencia de una relación de causalidad: el tamaño de la familia. A mayor número de hermanos, menores las probabilidades de desarrollar fiebre de heno o eccema.

Strachan concluyó que la exposición a infecciones les sirve a los niños para evitar las alergias. ¨A lo largo del siglo pasado, la disminución del tamaño de la familia, las mejoras en la infraestructura de los hogares y unos estándares más elevados de higiene personal han reducido las posibilidades de que haya infecciones cruzadas en familias jóvenes¨, escribió.

En otras palabras, el aumento en la solvencia, además de sus implicaciones demográficas y en cuanto a las prácticas culturales y de higiene resultantes, sirve para explicar el aumento en enfermedades inflamatorias y alérgicas en los países desarrollados en los últimos 30 años. Muchos de nosotros no estamos expuestos a una cantidad suficiente de los gérmenes que causan estas enfermedades, así que el cuerpo se vuelve hipersensible no solo a estos sino a los microbios en general.

Dicho de manera muy simple, el cuerpo humano tiene dos maneras de compartir microbios potencialmente dañinos: La respuesta inmunológica mediada por Th1 y la mediada por Th2. Ambos caminos inmunológicos bloquean los efectos dañinos de ciertos patógenos porque emiten proteínas que combaten los microbios y que se llaman anticuerpos, los cuales causan inflamación y síntomas de alergia como el moqueo, los estornudos y los brotes. No obstante, la respuesta Th1 no es lo suficiente estimulada, la respuesta Th2 se vuelve loca. Cuando se enfrenta a un alérgeno (digamos el polen de un árbol), una Th2 excesivamente vigilante actúa como si fuera un pelotón de soldados nerviosos, los cuales dispararán todos a la vez en reacción a una falsa alarma. Por lo tanto, ciertas enfermedades alérgicas por microbios que de otro modo serían inocuos pero que activan la respuesta inmune del cuerpo como si fueran patógenos.

Si le parece contrario al sentido común decir que debemos exponernos a las mismas bacterias, virus y otros organismos infecciosos que nos pueden volver sintomáticos, recuerde que nuestro sistema inmune evolucionó en un ambiente muy diferente al de hoy. Muchos miles de años atrás nuestros antepasados tenían en sí un hervidero tal como criaturas infecciosas que se requería un ataque decidido y frontal por parte del sistema inmune para mantenerlos con vida. No obstante el estilo de vida moderno, nuestro sistema inmune todavía está calibrado para enfrentarse con un alto nivel de exposición a estos permitido separarnos de las condiciones bajo las cuales evolucionamos también han alterado nuestra relación entre los microbios y nuestro sistema inmune.
Uno de los primeros estudios que mostró una base concreta para la hipótesis de la higiene confirmaba el vínculo entre los microorganismos y la regulación de la respuesta inmune. Investigadores en la Universidad de San Diego, encontraron que una cepa inocua del estafilococo le quita fuerza a la respuesta inflamatoria hacia las lesiones menores. En una serie de llamadas y respuestas químicas, la bacteria convence a las tropas del organismo para que se relajen y depongan las armas, y por lo tanto eviten la inflamación innecesaria. Por cierto, es estafilococo se encuentra a menudo en la mugre, una sustancia de la cual nuestros ancestros seguramente ingirieron grandes cantidades.

Aun así, nadie está realmente promoviendo que se regrese a los estándares prehistóricos de higiene- Al fin y al cabo, los productos sanitarios antimicrobianos de higiene. Al fin y al cabo, los productos sanitarios antimicrobianos, los adelantos en la higiene de los alimentos y los estándares de limpieza que han evolucionado, todos han contribuido a que tengamos una expectativa de vida cada vez más larga. No obstante, la hipótesis de la higiene sugiere que la esterilidad completa no necesariamente siempre es saludable y que el camino a una mejor salud existe en algún punto entre el desaseo de nuestro ambiente ancestral y la hiper-limpieza del mundo desarrollado.

De todos modos sigue siendo cierto que las bacterias en nuestro cuerpo existen en una relación simbiótica en la cual su presencia les ayuda a nuestros sistemas a mantenerse saludables y equilibrados. A su vez, nosotros les proporcionamos un entorno en el cual puedan florecer: los gérmenes ¨buenos¨ pueden mejorar el metabolismo, incrementar la inmunidad y reducir la inflamación en el cuerpo.

¿Cómo podemos darles a nuestros hijos sistemas inmunes fuertes sin que los vecinos llamen al departamento de protección de la infancia?. Mientras que unos científicos creen que una relación estrecha con los animales (como los que se encuentran en una granja) es la clave para criar hijos saludables, otros opinan que las investigaciones aún no son concluyentes. De todos modos, existen múltiples estudios que indican que existen una relación entre la infección por el gusano ganchudo o anquilostoma y una resistencia fuerte a las alergias, y existe una empresa de los Estados Unidos que opera en México y ofrece ¨inoculaciones¨(infecciones intencionales) a 3.900 dólares la inyección. A pesar de las evidencias prometedoras, es importante recordar que incluso si los gusanos ganchudos o anquilostomas obstruyen las alergias, también son una de las causas principales de desnutrición en el mundo desarrollado.

Como suele ocurrir, la verdad en la hipótesis de la higiene probablemente se ubica en algún lugar intermedio, según lo resumió el pediatra alergólogo Marc McMorris, del sistema de salud de la Universidad de Michigan, quien les aconseja a los padres que ¨dejen a los niños ser niños. Si en el aire hay algo como el virus H1N1, es buena idea lavarse las manos y tomar las precauciones apropiadas; pero no es necesario aislar a los niños del mundo¨. Esto significa que se debe seguir inmunizándolos, pero también permitirles salir, ensuciarse y entrar en contacto con la madre naturaleza.


Así que siga el consejo de los doctores: no se sirva un plato de tierra para el desayuno, pero sí puede considerar dejar de poner tanto énfasis en la higiene. Antes bien, encuentre un punto medio sano entre la esterilización y la mugre. En lugar de cepillar sus alimentos hasta hacerlos desfallecer, deles un enjuague rápido. No desarrolle una fijación sobre lo que el gato arrastra hasta la casa o lo que contienen las motas de polvo que están debajo de la cama. Sea prudente, sin ser obsesivo. Moderación en todos los gérmenes.
Habiendo dicho lo anterior, el sistema de cada persona reacciona de modo diferente a los microorganismos. La persona que haya estado expuesta a los gérmenes en su cuerpo reaccionará de manera diferente a los microorganismos que una persona que ha estado expuesta a ellos escasamente.

Para mayor información sobre la hipótesis de la higiene, vea la página www.hygienehypothesis.com.

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